lunes, 11 de junio de 2018

Ermitaños

Los dejaremos entrar y les sonreiremos, es de buena educación hacer sentir bien a los huéspedes. Les ofreceremos un caldo caliente, ropa seca. Les llamará la atención la actitud desafiante del oso pardo que hay en la entrada, la elegancia de la pose del lobo del comedor. Al terminar el caldo se quedarán dormidos.
Sabemos que todo esto sucederá en cuanto los vislumbramos desde la ventana, caminando perdidos por la nieve. Será un gran ejercicio de autocontrol hacer de buenos anfitriones, ni en sueños habríamos imaginado mejores ejemplares.



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