lunes, 6 de marzo de 2017

Lacrinóminos

Los hombres que me suelen gustar no saben llorar: los llaman lacrinóminos. Más que no saber, no pueden, como yo: producto de una primera generación de seres creados mediante tecnología genética nacimos con una tara que impide la producción de lágrimas. Se nos distingue desde lejos, pues sin lagrimeo, nuestros ojos permanecen fijos. Solo nos está permitido relacionarnos eróticamente entre nosotros; así hemos sido programados. Sin embargo, últimamente, cada vez que veo a un hombre normal emocionarse siento algo que nunca había sentido. No sé bien qué es, pero me gusta. Desde hace semanas no salgo de casa sin unas buenas dosis de colirio.

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