domingo, 22 de diciembre de 2013

El Gordo

Mario miró el boleto que sujetaba en sus manos temblorosas por enésima vez, incapaz de creer lo que veían sus ojos. Se aclaró la garganta y con el corazón desbocado llamó a su mujer, que seguía en la cama. A Lola le llevó un momento asimilar lo que Mario le decía. Se abrazaron tan fuerte que les costaba respirar, lanzaban gritos de júbilo y corrían de un lado al otro de la habitación como niños salvajes, sin poder contener la emoción. Al agarrar el boleto, a Lola se le desencajó la cara: Mario, cariño, esta dislexia tuya un día me va a matar.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Tecnología Punta

Con nuestro mecánico de confianza al otro lado papá parecía más tranquilo. Mamá seguía hojeando nerviosa el manual de instrucciones sin saber bien qué hacer. Papá asía el teléfono inquieto, tratando de transmitir mis síntomas al mecánico lo mejor posible. Yo me sentía bastante incómodo, así que para hacérselo saber, berreaba como un poseso con una frecuencia de dos gritos cada tres segundos exactamente. “No se preocupe, Señor Martínez, suele pasarles a los padres primerizos. Lo que le ocurre a su “bebot” no es más que una obstrucción del espectonador del canglas, conecten la función de limpieza automática y en cinco minutos estará como nuevo”.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Mi Madre: Polifacética

- ¡... y además nos hace daño! - protestó mi hermana.
Yo habría añadido a la lista que empiezan a mirarme raro en el cole pero tras ver la cara de decepción de mamá no me atreví. Estar dos años en el paro ha despertado, desgraciadamente para nosotras, su lado más creativo. Primero fue el diseño de ropa infantil con nuevos materiales: se manifestaron todos alergénicos. Sufrir en nuestra propia piel el cursillo de peluquería y “tintes divertidos” para niños resultó también bastante traumático. Esta vez, al ver los botecitos de colores nos tranquilizamos. Hasta que sacó la máquina de tatuar...

lunes, 9 de diciembre de 2013

Tentación Frustrada

Disfrazado de vendedora de manzanas esperó a que se le acercara, dispuesto a desplegar todas sus artimañas. Eva se quedó plantada frente a él, observando la fruta con los ojos muy abiertos. Él palpó con su agarrotada mano hasta topar con la manzana más hermosa y brillante y se la tendió.
- Toma guapa -dijo con voz sibilante- pruébala, están deliciosas...
- Transgénicos no, gracias.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Recetas: Sopa Boba

El secreto de esta receta es conseguir reunir todos y cada uno de los ingredientes, algunos de los cuales son bien difíciles de encontrar.

Ingredientes
  • 2 litros de indecencia para el caldo
  • un par de parientes pudientes (el rancio abolengo le aporta además consistencia) o en su defecto un puñado de contactos influyentes
  • una pizca de suerte del tonto
  • desfachatez al gusto

Elaboración

De preparación muy sencilla. Mézclense todos los ingredientes para conseguir ligarlos bien y evitar resultados no deseados. Si la mezcla es lo suficientemente compacta el efecto puede ser similar a aquella famosa pócima mágica. Te hace invencible.

¿Hasta cuándo?

Cual marionetas sin hilos (visibles)
cual gallinas sin cabeza
                      Vagamos...

martes, 3 de diciembre de 2013

Libre

Este relato lo escribí para esta última semana de Relatos en Cadena, que organizan la Cadena Ser y la Escuela de Escritores. Como suele pasar, no les ha debido de gustar. Aquí os lo dejo ;)


Se durmió soñando que él también podía volar, que saltaba desde la ventana agitando sus pequeños bracitos de arriba a abajo, con el aire acariciándole la cara, sintiendo la adrenalina correr por todo su cuerpo. Soñó que sobrevolaba la ciudad hasta llegar a un bosque frondoso, donde un ataque de alegría le hizo ponerse a gorjear de forma tan hermosa que a él mismo, entre sus sábanas de Popeye, se le pusieron los pelos de punta. Al día siguiente en cuanto se despertó, saltó de la cama y fue corriendo al salón. ¡Vuela!, susurró al abrir la jaula, aguantándose las lágrimas.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Vuelo sin Motor

- ¿Dónde estoy? - se preguntó la niña aturdida, sacudiéndose el pijama tras el aterrizaje forzoso. Se había concentrado con tal intensidad, que el cuento la había absorbido. Literalmente.
A punto de batirse en duelo, el príncipe, espada en mano y el dragón, llama en boca, la miraban entre perplejos y asustados.
- Continuad -musitó- como si no estuviera.
Al principio con cierta timidez (no estaban acostumbrados a actuar en directo), prosiguieron con su contienda, apta para menores de siete años pero igualmente emocionante.
Al día siguiente, se despertó con sobresalto. Miró sus manos polvorientas y sonrió aliviada.