jueves, 26 de abril de 2018

Amor de Otoño

"No seas impaciente", dices con ojillos maliciosos cuando la cosa se sube un poco de tono. Como soy un caballero trato de recomponerme, arreglo mi ropa y me atuso el pelo. Te despides con esa sonrisa pícara y me sorprende el hormigueo aún presente en la entrepierna. Los días siguientes te envío flores, te escribo poemas, te regalo bombones. Mi corazón se acelera cada vez que nos cruzamos por los pasillos y esa nota debajo de mi puerta es como una inyección de adrenalina: "El sábado, después de las visitas". El médico de la residencia aún no se explica que hasta mi artrosis haya mejorado.

lunes, 16 de abril de 2018

2x1

Una misma frase de inicio, dos relatos diferentes...

Intrusión
Era nuestro sueño ¡y había pagado un dineral para que fuera perfecto!. “Gran novedad en el mercado”, “alta tecnología al alcance de tus manos”; pensé que sería una forma original de pedirle matrimonio. Me aseguraron que una vez establecidos los criterios deseados, era prácticamente imposible que ningún pensamiento externo se colase en nuestro paraíso onírico. Nos conectaron los cables y enseguida nos indujeron el sueño. Todo estaba saliendo según lo planeado hasta que apareció… ¿Qué narices pintaba allí su ex?

Nuevos ricos
Era nuestro sueño, una mansión victoriana a todo lujo. En cuanto la vimos supimos que tenía que ser nuestra. Y es que, además de bonita, tiene todo lo que siempre hemos deseado. Cuántas veces hemos fantaseado con recorrer juntos pasillos interminables como estos, con follar desenfrenadamente sobre montones de joyas. Ahora solo nos falta decidir qué hacer con esa vieja que se pasa el día gimoteando.

lunes, 2 de abril de 2018

Demencia infusa

"Aquellos hombrecillos minúsculos iban siempre vestidos de negro, acechaban escondidos y aprovechaban cuando dormías para meterse dentro de ti. Se fueron alimentando de mi razón y poco a poco dejé de saber qué era realidad y qué no”, me contó. Mamá la miraba, sacudiendo la cabeza escéptica. “Tú me crees, ¿verdad, mi niña?” Asentí y vi alivio en sus ojos. Suspiró y se durmió para siempre. Mamá empezó a llorar. Y entonces vi a un ser oscuro, diminuto, saliendo de la oreja de la abuela. Me quité el zapato y lo machaqué.