lunes, 7 de mayo de 2018

Metamorfosis

Deberías ver las rozaduras de mis talones. Cuando volví la primera vez no caí en ese detalle, hasta que un día vi que uno de ellos me miraba los pies con extrañeza. Por eso ahora, siempre que vengo, calzo como mínimo un número menos. Por si acaso. Ya cuando era niño me hicieron la vida imposible y por desgracia hay cosas que no solo no cambian sino que empeoran con el tiempo. Lo más curioso es que precisamente Juan haya mostrado tanto interés en mí desde que mi hermana me presentó como su prima. ¡Si él supiera!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Venga, no te cortes...