jueves, 9 de marzo de 2017

El bello durmiente

Depositó con dulzura un beso en sus labios, lo que hizo que el apuesto joven se revolviera en su lecho. Lentamente abrió los ojos, que se le iluminaron al contemplar a la mujer que tenía delante. Roto el hechizo, los habitantes del castillo seguían la romántica escena con expectación y algarabía. Ella se le acercó al oído y susurró: "Antes de que se líe la cosa... en unos días me mudo a otro reino, que lo que yo quiero es conocer mundo. No estoy interesada en relaciones serias, y menos en bodas. El hada me ha dicho que si no te besaba, nunca saldrías de tu letargo. Tómatelo como un favor. Sin más".

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