Sigo observando mi trocito de cielo con cierta insatisfacción. Con su nube, su rayo de sol y con ese rinconcito en el que en ocasiones es posible atisbar hermosos matices irisados. Sin otra cosa que hacer, lo contemplo en su vitrina junto al resto de piezas exclusivas de mi colección, divagando sobre cuál será mi próxima adquisición.
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