MALOS ENTENDIDOS
Tanto visitante inesperado se
amontonaba en la cola con los habituales, causando una evidente
exasperación en estos últimos. Zapatos lustrosos, zapatillas
desgastadas, corbatas de seda y abrigos ajados se entremezclaban como
nunca antes se había visto. Cuando llegó la hora, la encargada
abrió la puerta y al ver el panorama, espetó indignada: Lo que nos
faltaba... ¡De sopa, señores!, ¡lo que estamos repartiendo son
sobres de sopa!
CICLOGÉNESIS
Tanto
visitante inesperado presentándose
así, alguno con casa incluida, fue la
noticia del
siglo, haciendo pasar
desapercibido el temporal
que azotó
la región. En nuestro
pueblo, uno que había vuelto de hacer las Américas
hizo de intérprete y algunas voluntarias
(entre ellas, mi abuela)
curaron a los recién llegados.
Enseguida enviaron
reporteros desde el otro lado del charco para informar a los
parientes de lo acontecido. Finalmente,
salvo
algún
privilegiado,
todos
acabaron
quedándose.
Después
de tantos años este
verano fui
a conocer
a la familia del abuelo.
Visita obligada fue por
supuesto el
Big Tornado Museum, erigido
en conmemoración
a todos los afectados.
Dos relatos más presentados a REC para añadir a mi colección...
Esos malos entendidos sólo les pueden pasar a los que con nombrar la palabra sobre, se les nublan las entendederas.
ResponderEliminarAbrazos a pares.
Desgraciadamente, parece que a demasiados... ¡Muchas gracias por pasarte por aquí, Lola!
EliminarUn abrazo.