lunes, 12 de abril de 2021

Cambio de Planes

Hablando todo el día con el loro del vecino aprendí mucho, le había hecho memorizar datos muy interesantes. Su dueño era un viejito con Alzheimer; encantador, la verdad. Cuando lo visitaba me contaba batallitas de cuando era un forajido, robaba bancos y escapaba trotando con su caballo. El pobre ya no diferenciaba realidad de ficción. Paradójicamente acabé cogiéndole cariño, era como tener abuelo otra vez. Así que olvidé mis deseos de venganza y cuidé de él hasta sus últimos días. Entonces pedí al loro la clave de la caja fuerte. El famoso botín que el viejo y mi abuelo robaron hacía tantos años por fin era mío.

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