martes, 6 de febrero de 2018

Los Tres Cerditos

De la casa solo quedaban unos cuantos montones de paja. Al verlo echar a correr de esa manera no podía dar crédito, se dio cuenta de que había perdido el tiempo y que todo el esfuerzo invertido había sido en vano. "Si llego a ver antes a ese maldito cerdo hormonado ni me lo planteo", pensó asqueado. Eran tiempos difíciles, llevaba días sin comer algo decente y los soplidos lo habían dejado exhausto. "Y seguro que sus hermanos más de lo mismo..." Agarró unas zanahorias que encontró por el suelo y aulló resignado.

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