lunes, 18 de diciembre de 2017

En Sintonía

Su padre ahora hasta le dejaba conducir la furgoneta. Todo había comenzado aquella tarde en que el chico empezó a tararear la canción que al padre le rondaba la cabeza. Le hizo gracia la coincidencia. Después fueron conceptos abstractos, ideas sueltas. Cada vez le hacía menos gracia. Un día, su hijo lo había apartado a un rincón y con evidente decepción le había dicho: “Lo sé todo.” Así que de vez en cuando incluso le dejaba el descapotable.¡Me alegro tanto de que confíes en él!”, decía la madre. Y así, todos felices.

1 comentario:

Venga, no te cortes...