miércoles, 19 de junio de 2019

Monstruos, Sapos y Culebras

Reconozco que soy de fácil preocupar. Me viene en la sangre, qué le voy a hacer. Que le pregunten a mi padre, o a mi abuela. Tanto es así, que últimamente las preocupaciones me han empezado a salir por los ojos. Literal. Puedo llegar a transformarme en una suerte de ser que oscila entre el lagarto humano, el zombi y algún anfibio abisal desconocido hasta ahora. Literal también. ¡Y si no que le pregunten a mis alumnos, que en pleno abril me preguntaban que por qué narices iba de Halloween! Así que desde aquí os recomiendo que no mezcléis ralladuras de cabeza con alergias varias porque puede desencadenar en efectos no deseados. El caso es que ahora tengo que tener cuidado con lo que como, lo que bebo, lo que me echo, lo que utilizo para limpiar… así que entre otras cosas, por ejemplo, me he pasado al aroma natural, que según para qué cosas tiene sus ventajas pero que en ocasiones (especialmente ahora en verano) me obliga a mantener los brazos bien apretados para abajo. Estoy contenta porque estos últimos días parece que estoy recuperando mis ojos de siempre. ¡Que dure, que dure!

El toque cutre del papel pautado da fuerza a la idea que trataba de transmitir 😁




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