lunes, 17 de febrero de 2014

Pueblo Animal

Había brotado, en medio del huerto, un imponente piano de cola; las piedras del río estaban decoradas con témperas; los árboles del parque cargados de libros. El alcalde reunió a todo el pueblo: Sospechamos que es obra de los rebeldes -bufó rascándose el trasero contra una valla- ¿Habéis notado algo?. "¡Mi animal se escapa cada noche para aporrear el piano!", ladró una vecina. "¡Cuando saco los míos a pasear, corren hacia la arboleda a leer como locos!", gruñó otro. Siento el peligro cernirse sobre nosotros -bufó. Olisqueó el aire y alzando la pezuña, sentenció: Por lo que pueda pasar, mantened a vuestros humanos controlados. Nunca me he fiado de ellos.

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