lunes, 28 de junio de 2021

Las Tetas de Mamá

Eran turgentes y abundantes. Rebosaban de su escote atrayendo miradas inevitables. Una hermosura. Siempre me gustó acurrucarme contra ellas. Me tranquilizaban, me hacían sentir bien. Aquellos cántaros de amor eran además, pura fuente de sorpresa. Lo mismo brotaban de allí unas monedas para chuches que las llaves de la casa. Una colección de pañuelos para los mocos que la lista de la compra. Como de un pozo sin fondo.

Adoraba los pechos de mi madre. Gracias a ellos me libré de más de una. Recuerdo, por ejemplo, aquella vez en la que sin querer rompí la bici nueva de Pedro. ¡Si llega a pillarme en caliente, me mata! Por suerte, esa tarde no me encontró. Cuando llegué corriendo a decirle a mi madre, me guiñó el ojo y abriéndose el escote, me dijo: escóndete aquí.


martes, 22 de junio de 2021

En un Mundo Desconocido

 “Por si acaso tú espera aquí", le dijo. Ambos estaban aterrados ante la incertidumbre de lo que podría sucederles, pero el más osado, dispuesto a afrontar su destino, respiró profundamente y se lanzó hacia lo desconocido. Al rato, el que esperaba escuchó unos gritos desgarradores, unos llantos que le evocaron las cosas más horribles. “Yo no salgo”, pensó. Pero una fuerza sobrenatural le impulsó a abandonar su escondrijo. Cegado por una luz, pudo vislumbrar a su compañero. Lo conocía de siempre y nunca le había visto tan mala cara. Sintió frío, miedo. Unos seres enormes lo examinaron: “Felicidades, los dos bebés han nacido sanos y robustos.”

lunes, 21 de junio de 2021

Todo Empezó con una Copa de Vino

Y todo empezó con una copa de vino, antes del banquete. Un hombre me ofreció la bandeja y sin prestarle mucha atención, cogí una de las copas. Sin embargo, algo me hizo girarme hacia él: el corazón me dio un vuelco, la copa se escapó de mis manos “¿Qué haces aquí?”, susurré. Ahí estaba, después de tantos años, con esos ojos llenos de amor, como si no hubiera pasado ni un día desde la última vez. “He vuelto por ti”, confesó. Entonces, mi recién estrenado marido se apresuró hacia mí y comenzó a limpiar el tinte del vino sobre el blanco de mi vestido. “¿Estás bien? No llores cariño, es solo un vestido, seguro que nos trae suerte”

Relato ganador del Concurso de Microrrelatos "7 Cepas" Solar de Samaniego 

jueves, 17 de junio de 2021

A Mí Que Me Registren

No tiene ningún sentido. Con lo felices que estábamos el día de nuestra boda, quién iba a anticipar lo que sucedería. Por mucho que les insistimos ellos repiten que lo que deberíamos hacer es descansar en paz. No entienden que no puede ser, que aquel hombre no sabía lo que hacía. Por más que les decimos, nos aseguran que no estamos casados. Que lo que estamos es muertos, que en el certificado de defunción lo pone bien clarito


miércoles, 16 de junio de 2021

Cariño, Tenemos que Hablar

Separación

Cariño, tenemos que hablar. No podemos seguir así, ya no lo soporto. Estoy harta de hacerlo todo: cocino, limpio la casa, hago la colada, la compra, me paso horas planchando tus camisas. ¡No paro! Aparte de que no colaboras eres un desagradecido, ¡y encima no eres nada cariñoso! Tras el duro golpe que supuso la muerte de tu padre decidí aguantar un poco, pero es que ya no puedo más. Estoy agotada. Ya no sé cómo pedirte que te vayas, busques casa de una vez y dejes que disfrute tranquila de mi jubilación. ¡Qué horror! ¡Ten hijos para esto!


Escándalo nocturno

- Cariño, tenemos que hablar, los vecinos han vuelto a subir a quejarse. Que no es normal lo de los ruidos por la noche, dicen, que no les dejamos dormir.

- ¿Y cuando quieren que lo hagamos?

- Ya, es lo mismo que les he dicho yo, pero claro, como a ellos les da igual…

- Pues oye, si ellos pueden hacerlo cuando quieran esa suerte que tienen. Pero nosotros, hasta que no cambien los horarios de la luz, pondremos todos los electrodomésticos por la noche. Y punto.


De un extremo al otro

Cariño, tenemos que hablar: últimamente te estás dejando demasiado, ¡con lo que tú has sido siempre! Pero ni tanto ni tan calvo, ¿no crees? ¿Cuánto hace que no te lavas la cabeza? Tienes el pelo sin vida, que parece un estropajo. ¡Y esas ojeras!, podrías intentar disimularlo un poco, ¿no?, hacerte un tratamiento de belleza o algo. Por no decirte cómo te huele la boca, mi amor, que es que te canta a leguas. Y bueno, luego está la manía esa que te ha dado de ponerte siempre la misma ropa. No sé, desde que te moriste no te reconozco.


Sospechas

Cariño, tenemos que hablar. Aunque no quería asumirlo, en el fondo siempre he sabido que no eras sincera conmigo. Hoy cuando he llamado a la residencia de tus padres para avisarles, ¡me han dicho que llevan muertos varios años! ¿Adónde ibas cuando decías que ibas a visitarlos? Ahora me explico muchas cosas. Y no solo eso: cuando buscaba el número de teléfono en tu cajón he encontrado una botella de whisky y un cartón de tabaco medio vacíos. ¡Dijiste que dado tu estado lo dejarías!

Bueno, ¿pero el niño está bien?

Ahí quería ir yo. Por suerte el niño está perfectamente, ¡pero es negro!


De Locos va la Cosa

Una selección de relatos cuya frase de inicio es: "Si no, me habría vuelto loco."

Menos mal

Si no, me habría vuelto loco. Pero por suerte aquel día no accediste a su invitación para tomar una cerveza juntos. Tampoco te rozó sin intención aparente, ni tú le susurraste al oído “busquemos un lugar más tranquilo”. No sé qué habría hecho si todos los jueves hubierais quedado a escondidas. ¿Lo habría seguido hasta su casa? Pero nada de eso pasó, claro. Por eso no se burló de mí; no dijo que ibas a dejarme. Menos mal que no tomaste aquella primera cerveza con él, ¿verdad? Y que no he tenido que deshacerme de mi camisa preferida porque esas malditas manchas de sangre no salían.


Abandono temporal

Si no, me habría vuelto loco. Si no hubiera regresado pronto no sé qué habría sido de mí. Sería mi fin, ¡no puedo perderla! No ahora. La semana pasada se fue unos días y creí enloquecer. La necesito a mi lado más que nunca. Le encanta escabullirse y hacerme sufrir, menos mal que al final siempre vuelve. Espero que al menos me deje terminar esta novela de una vez. Si no, mi editor me ha asegurado que mi falta de inspiración no será el único de mis problemas.


Un motel en las afueras

“Si no, me habría vuelto loco. Si después de lo de papá la hubiera perdido a ella también no lo habría podido soportar. Creo que habría sido capaz de cualquier cosa. Menos mal que sigue aquí, cuidando de mí. Solo nos tenemos el uno al otro. Es verdad que a veces tiene un carácter algo difícil pero solo quiere protegerme. Por eso no le gusta que vengan chicas. Y a veces les hace cosas. Cosas muy malas. Pero en el fondo se lo merecen, lo único que quieren es provocarme, ¿verdad mamá? Así es, Norman, son todas unas busconas.”


Te necesito

Si no, me habría vuelto loco. ¿Qué iba a hacer yo sin ti? Me dejaste tan de repente, después de tantos años juntos. Si no hubieras vuelto no sé cómo habría salido adelante. Y es que tres hijos son muchos hijos. Y luego está la casa, el trabajo… Bueno, qué te voy a contar a ti. Así que dejé claro que daría cualquier cosa por recuperarte y surtió efecto. Ni me lo pensé. Los críos tan contentos, claro. Es cierto que no tienes la chispa de antes pero agradezco tu compañía infinitamente. ¿Mi alma por hacerte regresar de entre los muertos? Sin duda salgo ganando.


Sangre de mi sangre

“¡Si no, me habría vuelto loco!, ¿lo entiendes?” – gritó mirándole a los ojos. “En el fondo lo sabía... No sé qué voy a hacer contigo, siempre lo estropeas todo. Primero lo de papá y mamá. Y ahora esto. ¿Por qué has tenido que hacerlo? ¡Yo la amaba! Por fin había encontrado a alguien que me entendía, que cuidaba de mí. ¡Y ahora está muerta! No podré perdonártelo nunca. ¿Encima te ríes? Maldito desgraciado, voy a acabar contigo, debería haberlo hecho hace mucho tiempo...”

Y tras estas palabras le soltó tal puñetazo que hizo añicos el espejo.


La Cueva

Hacía una tarde perfecta para un paseo por el bosque. Decidí desviarme del camino y andando entre la maleza me topé con una pequeña cueva. Olía horrible y era demasiado estrecha pero mi curiosidad superó al miedo. Encendí la linterna del móvil: estaba oscuro y había mucha humedad. Avancé varios metros cuando un extraño ruido brotó del lugar donde me encontraba y de pronto, sin saber cómo, una llamarada me expulsó hacia la otra entrada. Cuando conseguí incorporarme no me lo podía creer: acababa de salir de un dragón que me miraba tan sorprendido como yo a él.

jueves, 3 de junio de 2021

Objetos Peligrosos

Lo que pasa en mi casa últimamente es un misterio. Todo empezó con las desapariciones de pequeños objetos de forma aparentemente aleatoria. Mi hermana fue la primera en quejarse de que le faltaba su mochila pero como es bastante despistada, no le hicimos caso. Hasta que mi madre echó de menos el mando de la tele. Nos hizo poner la casa patas arriba porque ella sin mando no puede vivir. Todavía no ha aparecido. Después hemos perdido de todo: abrigos, libros, incluso alguna silla. Ahora la cosa se ha puesto realmente seria, desde ayer nos falta mi padre. Anoche cuando me fui a la cama se había quedado dormido en el sofá. No me atrevo ni a levantar los cojines.

La Primera Vez

“Tanto tiempo planeando este momento juntos. Nuestra primera vez. Las luces de la ciudad brillan para nosotros. Me ha costado mucho conseguir este apartamento pero las vistas sin duda merecen la pena. Sin embargo… la veo incómoda. He ido a besarla y se ha apartado, juraría que quiere soltarme la mano, alejarse de mí. Quizás no está preparada.”

- ¿Estás bien?

- Sí, muy bien. El sitio es precioso, ¿no crees?

“Mierda, ¿lo habrá notado? Con los nervios y la emoción se me han revuelto un poco las tripas. En cuanto se disipe el olor me lanzo a su cuello.”


Apariencias

Era pura elegancia en su vestir y en sus maneras. Allá donde aparecía todo el mundo la contemplaba con admiración, extasiados por su belleza, pasmados por sus movimientos suaves y gráciles. Nada de lo que la rodeaba estaba dejado al azar. Cuidaba su apariencia al detalle. No era mujer de muchas palabras, y cuando le hablaban se limitaba a responder con monosílabos, cubriendo delicadamente con su mano esa boquita de piñón que hacía juego con su cara perfecta. Raras veces se relacionaba con algunos afortunados y nunca iba acompañada. No había una persona en la ciudad que no muriera de ganas de disfrutar de su compañía. El misterio de lo desconocido se ceñía alrededor de la vida de esta hermosa mujer como si del envoltorio de un delicioso dulce se tratara. Nadie imaginaba la pestilencia que ocultaban esos perfumes caros ni los sapos y culebras que le salían cuando al llegar a casa, abría la boca, después de toda una jornada manteniéndolos a raya.