Las ramas crepitan a mi paso. Hace frío y llueve; me ajusto la capucha de mi gore-tex rojo. Oigo un ruido tras de mí, me vuelvo y alcanzo a ver un corzo que se aleja. Ya no quedan lobos. Entro en la cabaña y me la encuentro en la cama:
- Abuela, ¡qué boca tan grande tienes!
- Ay, hija, ¡cómo iba yo a saber que le dirías a tu madre que habías dormido aquí!
Qué bonito tu blog!!!
ResponderEliminarYa has tardad, eh? Porque creo que es un medio que te va como anillo al dedo. Enhorabuena, me encanta el diseño.
Por cierto, me encanta este relato. La forma que tienes de sorprender...
ResponderEliminar¡Muchas gracias!! Sí que he tardado sí, ya sabes, todavía queda en mí un poco de la niña que fui... :D Me alegro de que te guste
Eliminarme encanta tu espacio...se está muy bien, se respira diferente...un abrazo
ResponderEliminarEs un honor que tú me digas eso
Eliminarme encanta Txanogorritxu revisited! y también el género de los microrelatos!! siempre fui mucho de poesía....musuuu!
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