Depositó con dulzura un beso en sus labios, lo que hizo que el apuesto joven se revolviera en su lecho. Lentamente abrió los ojos, que se le iluminaron al contemplar a la mujer que tenía delante. Roto el hechizo, los habitantes del castillo seguían la romántica escena con expectación y algarabía. Ella se le acercó al oído y susurró: "Antes de que se líe la cosa... en unos días me mudo a otro reino, que lo que yo quiero es conocer mundo. No estoy interesada en relaciones serias, y menos en bodas. El hada me ha dicho que si no te besaba, nunca saldrías de tu letargo. Tómatelo como un favor. Sin más".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Venga, no te cortes...