jueves, 26 de abril de 2018
Amor de Otoño
"No seas impaciente", dices con ojillos maliciosos cuando la cosa se sube un poco de tono. Como soy un caballero trato de recomponerme, arreglo mi ropa y me atuso el pelo. Te despides con esa sonrisa pícara y me sorprende el hormigueo aún presente en la entrepierna. Los días siguientes te envío flores, te escribo poemas, te regalo bombones. Mi corazón se acelera cada vez que nos cruzamos por los pasillos y esa nota debajo de mi puerta es como una inyección de adrenalina: "El sábado, después de las visitas". El médico de la residencia aún no se explica que hasta mi artrosis haya mejorado.
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Venga, no te cortes...