No
podremos salir del castillo hasta Halloween y los
organizadores se
han asegurado de que cuando lo hagamos, salgamos con las pilas cargadas. En la
primera planta habrá
cursos como tanatodanza,
desnutrición, lenguas muertas o
técnicas de levitación. La segunda es para
terapias alternativas: hostiopatía,
apestoterapia,
cuchipuntura,
piromasaje
o sustoterapia son solo alguna de las propuestas. Hay además una
sección de estética en la que podremos realizarnos
tratamientos de horripilancia e
incluso algún retoque; yo,
que
hace
tiempo sueño
con implantarme
una tercera
teta, creo
que es la ocasión ideal. Las
habitaciones están en
el ático: un montón de colchonetas hinchables, camas de pinchos y
ataúdes
a elegir.
¡Va a ser
terrorífico!
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