martes, 20 de febrero de 2018
Sin Límites
Con los pies a remojo, mientras pescaban, les pareció avistar lo que parecía un cohete espacial, aunque bien podía ser un avión. Súbitamente empezaron a lloverles del cielo toda suerte de objetos que esquivaron maniobrando su embarcación con destreza. Entonces se percataron de que por fin algo había picado el anzuelo. Resultó ser un tiburón blanco que se revolvió con gran violencia y que a punto estuvo de acabar con sus vidas. Superados todos los obstáculos, entre la excitación y la calma, sintieron los rugidos de sus tripas. “¡Niñas, la merienda!” A toda velocidad, saltaron de la colchoneta y salieron de la piscina.
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